Quiero presentarme, soy Angélica Toxqui, una mujer de 24 años que estudió la licenciatura en Televisión y que por mucho tiempo vivió al límite, hasta cierto punto, sin restricciones. A pesar de tener el trabajo perfecto, las amigas más sinceras y la familia más amorosa, me sentía incompleta.
Hasta que un día, llegó un correo electrónico que me cambió la vida por completo. El remitente: un laboratorio. El asunto: resultado de análisis de sangre. El contenido: prueba de embarazo, POSITIVO.
Recuerdo que ese día mis manos temblaban mientras sostenía mi celular. No podía creer lo que mis ojos estaban viendo abrí y cerré el mail varias veces pensando que probablemente había sido un error.
Cuando me enteré de que me convertiría en mamá, lloré. Era algo completamente nuevo en mi vida que no esperaba y sentí mucho miedo de no estar preparada, pero algo dentro de mí corazón me hizo sentir que Dios no me iba a poner una prueba que no pudiera superar.
En ese momento, el vacío que por muchos años había sentido desapareció como si un hada madrina hubiese agitado su varita mágica sobre mí unas cuantas veces.
Con el paso del tiempo me puse más sensible y podía sentir cómo todo en mí fue cambiando, desde la forma de mi cuerpo hasta mi manera de ver las cosas. Ahora solamente me importa ser la mejor madre para mi niño, llenarlo de amor y protegerlo hasta el final de mis días.
Hoy que tengo a mi hijo entre mis brazos me doy cuenta de que ser madre no es una tarea fácil. Ha sido una etapa llena de retos y aprendizajes, pero su mirada y su sonrisa me dan fuerzas para tratar de cubrir sus necesidades día a día.
A partir de este momento, les abro las puertas de los pensamientos de una madre joven que tomó la decisión de combinar su maternidad con su vida laboral y demostrarle al mundo que los hijos no truncan los sueños, al contrario, nos impulsan a cumplirlos.
Si eres mamá espero que te sientas identificada con estas líneas y quiero que sepas que está bien llorar en el baño mientras te cuestionas si estás haciendo ‘bien’ tu papel de progenitora. Recuerda que a tu bebé no le pudo tocar mejor madre que tú.
Pero si no tienes hijos, no te sientas excluido, este espacio también va dirigido a ti con la intención de que comprendas un poco el sentir de aquellas mujeres que tuvieron la dicha de concebir.
También quiero compartir contigo que me convertí en madre en tiempos de COVID-19, orillada a vivir en una eterna cuarentena por miedo a salir y que mi bebé contraiga el virus.
La contingencia sanitaria nos limitó las visitas, por lo que mi pequeño a sus 3 meses no ha podido conocer a la familia que semanas antes de su nacimiento celebró conmigo su llegada. Pero de ese tema les hablaré en mi próxima columna, dentro de dos semanas.
Portada: Freepik
Interiores: Freepik