La rivalidad entre mujeres es algo muy común. ¿Alguna vez llegaste a sentirte amenazada en el trabajo por una colega? O, ¿te has aprovechado alguna vez de tu posición para ‘hacer menos’ a tu colega? Con poder, es sencillo impedir el crecimiento de otras mujeres. Claro, esto no significa que sea bueno, ni que todas las mujeres con un buen puesto lo hagan. Pero si tú tuvieras ese poder que sabes te permitirá hacer lo que quieras, pero que al mismo tiempo te hará sentir amenazada y con miedo a que en cualquier momento te lo puedan quitar, ¿cómo actuarías?
Puede que esto sea difícil de comprender, pero la realidad es que muchas mujeres, que han logrado tener ese poder, sienten tanta presión por la competencia que llegan a hacer lo que sea para impedir que otras mujeres crezcan, y esto se debe a que tienen miedo de perder su puesto. Pero lo creas o no, no es del todo nuestra culpa el que actuemos así.
Llegar a un alto puesto no es fácil; requiere de mucho esfuerzo y dedicación. Inclusive, muchas veces tenemos que sacrificar cosas con tal de lograr nuestro objetivo laboral, y mucho más siendo mujer. Lo más triste es que, a lo largo de nuestro crecimiento laboral, vemos cómo nuestra competencia se centra en los hombres. Por ello, con el tiempo vamos adoptando actitudes cada vez más sexistas y competitivas con tal de no quedarnos atrás, al punto de que, al ver a otras mujeres que buscan también crecer, nos sentimos amenazadas y por ende las tratamos como los hombres a nosotras.
¿Mujeres sexistas?
Resulta que el sexismo se ha normalizado durante mucho tiempo en muchos espacios, y a muchas mujeres se nos ha enseñado a internalizar estas creencias. Esto significa que el sexismo en el lugar de trabajo puede aumentar la competencia entre las mujeres para luchar por puestos u oportunidades que en realidad están más disponibles para los hombres (Kiner, 2020).
Esto suena mucho más congruente, ¿no? Si lo vemos desde este punto de vista, hablamos de una amenaza que sentimos constantemente al no ser reconocidas tal y como lo merecemos, porque está presente esa inseguridad que el sexismo nos ha inculcado, esa cultura sexista enfocada en el ‘yo-yo’ y no en la cultura de la colaboración.
Vivimos en un mundo en donde son pocas las mujeres en puestos líderes y que se encuentran rodeadas de tantos hombres que, al ver que otra mujer se acerca a ella, en lugar de apoyarla para crecer juntas, se enfoca en su crecimiento personal transmitido por los mismos hombres de los que está rodeada. Y esta percepción proviene de la creencia de que la diversidad es un mandato, pero no es útil. ¿Por qué un mandato? Si lo merecemos. Debemos dejar de absorber inconscientemente las creencias sobre el lugar que nos corresponde, porque esos son los mensajes que reflejan la forma en que las mujeres nos juzgamos entre nosotras. Es momento de reconocerlo: en palabras de Kiner (2020), se llama sexismo internalizado y puede llevar al maltrato, a la subestimación y al distanciamiento de otras mujeres para aumentar su poder y posición entre los hombres.
https://www.youtube.com/watch?v=D_PcHN1p5kA
Cambiemos el enfoque de nuestras ‘rivales’. No tengamos la misma percepción que los hombres y dejemos de pensar que solo una mujer es la que tendrá la oportunidad de llegar a la cima.
Ya está comprobado que los equipos más diversos se desempeñan mejor, son más innovadores, generan más ingresos y mayores ganancias. Es momento de luchar de manera justa y colaborativa para eliminar el patriarcado. Defendamos a las mujeres que nos rodean para obtener más oportunidades y así lleguemos juntas al éxito.
¿Cómo? Empezando por reconocer si tenemos prejuicios ocultos (Kiner, 2020):
- ¿Juzgas a otras mujeres por decisiones que no tomarías personalmente?
- ¿Criticas a las mujeres por transgresiones menores y perdonas a los hombres por las mayores?
- ¿Pones excusas para el comportamiento de los hombres como «así es como funcionan las cosas»?
- ¿Compites más de lo que colaboras con tus compañeras?
- Si respondiste ‘Sí’ a una, pocas o todas estas preguntas, reevalúa tus pensamientos y apoya a tu colega.
Referencia
Kiner, M. (2020, April 14). It’s time to break the cycle of female rivalry. Retrieved March 8, 2021, from https://hbr.org/2020/04/its-time-to-break-the-cycle-of-female-rivalry
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