Tras la propagación del coronavirus, activistas advirtieron que los reclusos de China son unos de los grupos más vulnerables para contraer la infección, además de que están siendo explotados para la fabricación de suministros de cubrebocas y gel antibacterial.
La demanda de cubrebocas a causa del miedo a ser contagiado de coronavirus ha provocado escasez de este producto, por lo que las mujeres recluidas en prisiones de Hong Kong han tenido que trabajar horas extra y en la noche para fabricarlos.
De acuerdo con The Guardian, las reclusas chinas han tenido que hacer cerca de 2 millones y medio de cubrebocas al mes.
Para logra lo anterior, las mujeres deben cumplir hasta diez horas en horarios nocturnos en lugares con malas condiciones, que las ponen en vulnerabilidad frente al coronavirus.
El mismo medio señala que las presas de la cárcel reciben un precario sueldo, el cual está significativamente por debajo del salario mínimo de Hong Kong.
Shiu Ka-chun, un legislador que ha estado haciendo campaña por los derechos de los prisioneros refirió que ‘esta es una explotación y otra forma de esclavitud moderna’.
En Nueva York, Estados Unidos, pasa una situación similar, pues las autoridades también han declarado que serán los presos de centros de detención quienes apoyen con la fabricación de gel antibacterial debido a la escasez de este artículo.
Sin embargo, esta medida ha sido calificada por activistas como ‘degradante, irónica y explotadora’, pues pone en peligro a la población de estos centros penitenciarios, ya que la mayoría no cuentan con las condiciones de sanidad adecuadas para evitar la propagación de cualquier virus.
La explotación de estas mujeres continúa pese a que los nuevos casos de coronavirus han disminuido notablemente y a que los cubrebocas tradicionales no sirven realmente para evitar la propagación del virus.
De acuerdo con el subsecretario de prevención y promoción de la salud, Hugo López Gatell la mascarilla de tela simple no sirve para protegernos de infecciones respiratorias como el Covid-19.
La mejor forma de evitar ser contagiado es no tener contacto con personas de riesgo, no acudir a lugares concurridos y tener buenos hábitos de higiene, principalmente del lavado de manos.
Fuentes: The Guardian, Actitudfem e Infobae
Portada e interiores: Pixabay, @14Milimetros y The Guardian