Probablemente hayas experimentado el famoso e incómodo manspreading. Por ello, te hablaremos sobre este hábito que suelen tener los hombres.
¿Esta mañana viajaste en transporte público para dirigirte al trabajo? Entonces, seguramente pasó por tu cabeza la pregunta de ¿por qué los hombres que estaban sentados junto a ti abrían mucho las piernas?
Para despejar tus dudas, decidimos explicarte en qué consiste el famoso manspreading y, sobre todo, tratar de entender por qué a los hombres les gusta hacerlo. Así que continúa leyendo para que no te pierdas de ningún detalle.
En 2013, a través de Tumblr, cientos de mujeres comenzaron a quejarse por el hábito invasivo de los hombres de sentarse ocupando mucho espacio. A raíz de las denuncias, el manspreading comenzó a ser una práctica más visible a los ojos de millones de personas.
Probablemente, hasta tu abuelita fue víctima del manspreading, ya que en los años 70, la fotógrafa Marianne Wex se dedicó a documentar este fenómeno. Gracias a su investigación, logró publicar el libro: Let’s Take Back Our Space: Mujeres y hombres lenguaje corporal como resultado de estructuras patriarcales.
¿Qué es el manspreading?
El manspreading es el término que se utiliza para denominar a la costumbre que tienen los hombres de sentarse con las piernas muy abiertas. Este hábito ha sido objeto de debates en internet, ya que algunos aseguran que es una evidente muestra de egoísmo.
Como trasfondo de esta situación, encontramos el machismo a su máximo esplendor, así como la falta de educación de cierto sector de la población.
Algunas personas afirman que el manspreading es un método que tienen los hombres de pavonearse frente a las mujeres, es decir, de hacerse notar.
Eso sí, es importante resaltar que no todos los varones practican el manspreading. Además, no es una costumbre que afecta únicamente a mujeres, ya que los hombres que no se sientan a sus anchas también sufren este problema.
En contraste, los hombres aseguran que las mujeres también suelen apoderarse más de un asiento en el transporte público. De hecho, hace tiempo se acuñó otro término, el shebagging, para describir la ocupación de espacio por parte de los bolsos de las mujeres.
Retomando el tema del manspreading, la ciudad de Nueva York fue la primera en lanzar una campaña de concientización sobre este fenómeno. El objetivo fue intentar corregir la postura de los viajeros para que respetaran los espacios.
Posteriormente, en Japón se puso en marcha una iniciativa en el transporte público para eliminar el manspreading. La propuesta consistió en poner en el suelo unas huellas que simulaban los pies y sobre las cuales debían pararse los viajeros.
En Madrid, el colectivo feminista Microrrelatos consiguió más de 13 mil firmas para que el transporte público prohibiera el uso de dos asientos por persona. Las organizadoras de la petición expresaron:
“No es difícil ver a las mujeres con las piernas cerradas y muy incómodas porque hay un hombre a su lado que está invadiendo su espacio. No es cuestión de mala educación sino de que igual que a las mujeres nos han enseñado a sentarnos con las piernas muy juntas (como si tuviéramos que sujetar algo entre nuestras rodillas) a los hombres les han transmitido una idea de jerarquía y de territorialidad, como si el espacio les perteneciese”.
¿Por qué a los hombres les gusta practicar el manspreading?
Muchas personas han tratado de encontrarle una explicación al manspreading. Por ejemplo: Marianne Wex en su libro reveló que, a través de esta conducta, los hombres tratan de expresar su poder. Desde una óptica feminista estaríamos hablando de una práctica vinculada al patriarcado.
Sin embargo, Canadian Association for Equality, organización vinculada a los derechos de los hombres, expresó que a los varones les duele cerrar las piernas.
Los investigadores Ash Bennington y Mark Skinner dicen que el manspreading es una cuestión biológica. De acuerdo con su postura, los hombres tienen los hombros más anchos que la cadera, por eso se sientan con las piernas abiertas.
Ante esta situación, decidimos lanzar una pregunta a nuestros seguidores a través de Twitter sobre el manspreading. Esto fue lo que nos respondieron:
Definitivamente, sigue sin existir una respuesta clara al porqué los hombres les gusta practicar el manspreading. Lo que sí sabemos es que es una actividad muy incómoda para las mujeres, pues muchas de nosotras nos hemos visto en la necesidad de viajar en un rinconcito del autobús.
¿Tú que opinas?
Con información de Enfemenino, Psicología y Mente, 20 minutos, Mujeres a Seguir y El Clarín.
Portada: Pexels
Interiores: Vix, Madridiario y Twitter @MujerMexico_Of y @AngelicaTox