En Científica Moderna hemos hablado sobre diferentes mujeres quienes, dentro de sus respectivos contextos, han demostrado la importancia que posee la diversidad de ideas y perspectivas en las áreas de ciencia y tecnología. La diversidad dentro de ambas áreas resulta crucial ya que es a partir de diferentes paradigmas, contextos y percepciones que el conocimiento se construye, y garantizar el papel de la mujer en estas áreas es sumamente importante.
Sin embargo, ya hemos visto cómo a lo largo de la historia no siempre se le ha reconocido a la mujer su lugar en ciencia y la tecnología, por lo que constituyen también un espacio de lucha para garantizar la equidad de género.
En esta ocasión, hablaremos de la Dra. Wu, originaria de China, quien durante su vida no sólo tuvo que enfrentarse a las ideas machistas de la época sino también a las ideas xenófobas que imperaban durante la II Guerra Mundial.
Chien-Shiung Wu, nace en el año de 1912 en Liu Ho, un pueblo cerca de Shanghái, China. Su padre, fiel partidario de la equidad de género, fundó una escuela para niñas en la cual ella estudió y desarrolló un gran interés en las ciencias exactas.
Al crecer, su plan era ingresar en la Universidad de Nanjing, la mejor en la región; sin embargo, el acceso a la misma estaba vetado en un principio a las mujeres. Es allí cuando iniciaría la vida de lucha de la futura Dra. Wu.
Alrededor de 1930, Chien-Shiung Wu y otros estudiantes encabezaron una manifestación que terminó con la ocupación de la mansión presidencial en Nanjing para exigir el acceso de las mujeres a la universidad. En el verano del mismo año, la futura Dra. Wu recibiría su carta de aceptación en la universidad de Nanjing, donde estudió física y con el paso de los años pudo ocupar un puesto de profesora en varias universidades.
En 1936 decidió continuar con sus estudios en Estados Unidos. Es allí donde continuó con su investigación dentro del área de Física nuclear.
Al finalizar sus estudios, el nombre de Chien-Shiung Wu era reconocido por la comunidad científica al grado de reconocerla como ‘la autoridad’ dentro del área de Física por sus estudios en fisión nuclear. Sin embargo, a pesar de que en la comunidad científica no había duda de las grandes aportaciones que hacía la Dra. Wu para la ciencia y el mundo, al llegar la II Guerra Mundial, los prejuicios de género y a la xenofobia que imperaban en su época tocaron a su puerta (Sánchez, 2018).
Al estallar la II Guerra Mundial, se formó un grupo de investigación para liderar el Proyecto Manhattan (cuyo objetivo final era desarrollar la primera bomba atómica antes que la Alemania nazi), del que inicialmente Chien-Shiung Wu formaba parte. Sin embargo, posteriormente fue excluida, tras el ataque de Japón a Pearl Harbor ya que, la diferencia étnica entre chinos y japoneses no era evidente y sus rasgos físicos la hacían sospechosa de colaborar con el enemigo.
Sin lugar a dudas, fue una época muy dura para la Dra. Wu. Tras ser excluida del Proyecto Manhattan, consiguió un lugar como docente de la Universidad de Princeton, convirtiéndose en la primera mujer docente de Física en dicha institución.
Sin embargo, nuevamente iniciaría una etapa difícil para la Dra. Wu; en el año de 1956 dos científicos de Harvard, Lee y Yang, publicarían un artículo en el que cuestionaban principios relacionados con la fuerza del núcleo atómico que en su época eran considerados una doctrina física, por lo que cuestionarlos resultaba una violación por parte de la comunidad científica.
Los científicos Lee y Yang decidieron contactar a la Dra. Wu para que les ayudara a comprobar experimentalmente la veracidad de esos principios. En menos de un año, la Dra. Wu logró concluir con los experimentos que sustentarían los cuestionamientos de los investigadores. Lamentablemente, a pesar de conocerse la gran importancia de la participación de Chien-Shiung Wu en el proyecto, sería nuevamente excluida debido a los prejuicios de género de su época, ya que en 1957 Lee y Yang fueron los únicos que recibieron el premio Nobel, siendo ella una víctima más del famoso Efecto Matilda.
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A pesar de que la Dra. Wu nunca obtuvo el Nobel, sí recibió gran variedad de premios científicos y reconocimientos de la máxima categoría, doctorados honoris causa y el respeto de su papel en la profesión científica, ya que sus contribuciones resultan de gran importancia en el área de la Física.
La Dra. Wu murió en febrero de 1997, con 85 años, tras dedicarse en sus últimos años a la educación y al fomento del interés de las mujeres por la ciencia y la Física en particular.
No cabe duda de que la vida de la Dra. Chien-Shiung Wu es un testimonio de la constante lucha que continúa desarrollándose dentro de las áreas de la ciencia y la tecnología para combatir diferentes prejuicios que limitan la construcción del conocimiento y, por ende, el avance y desarrollo social originado por el conocimiento en estas áreas.
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Referencias
Garcia, M. (2014) Chien-Shiung Wu, la reina de la física. Mujeres con ciencia. https://mujeresconciencia.com/2014/11/10/chien-shiung-wu-la-reina-de-la-fisica/
Sánchez, J. (2018) Chien-Shiung Wu, la mujer que cambió al mundo de la física para siempre y nunca ganó un Nobel. Cultura Colectiva. https://culturacolectiva.com/historia/chien-shiung-wu-fisica-poco-reconocida