Mariana González, una de las organizadoras del encuentro feminista Refleja, se une a Mujer México cuestionando: ¿Por qué las mujeres no denuncian?
A principios de año, la preparatoria de la que egresé me hizo una invitación para participar en una nueva edición de TEDx que se encontraba organizando. Me pidieron dar una plática que respondiera al tema de esa edición: ‘Sólo se transforma actuando’.
Como aún no aprendo a decir que no a los nuevos retos, decidí aceptar inmediatamente, aunque aún no tuviera claro de qué quería hablar. Semanas después, cuando todavía me encontraba pensando en el tema que abordaría, empezaron a darse una serie de denuncias públicas que se volvieron conocidas en todo el país.
Aquellas denuncias respondían a casos de acoso o agresión sexual, que en primera instancia provenían de mujeres del mundo del espectáculo, pero fueron inmediatamente respaldadas por chicas no necesariamente famosas. Después de escuchar y leer varios comentarios decepcionantes dirigidos a las denunciantes podría decirse que el tema de mi plática llegó por sí solo: ¿Por qué las mujeres no denuncian?
He pasado los últimos dos años intentando contestarme esa pregunta, sólo para encontrarme con que no hay una única respuesta. De manera específica, he buscado intentar responder, por medio de una investigación: ¿Por qué las alumnas universitarias no están denunciando la violencia de género que experimentan?
Resulta complicado entender que, de acuerdo con investigaciones de autoras como Ana Buquet, existen universidades donde casi el 50% de sus alumnas experimenta violencia de género y tan sólo una quinta parte denuncia los casos de violencia física o sexual (en casos de violencia psicológica, como el abuso verbal u otras formas de micromachismos, apenas el 2% la denuncia).
Si la violencia de género es tan común en las universidades como para pasarle a una de cada dos alumnas, ¿qué está pasando para que estas decidan no acercarse a sus instituciones educativas a levantar las denuncias? ¿Será acaso que no saben que lo que están viviendo es denunciable; que se trata de violencia de género?
Aunque en algunos casos la violencia de género sí es la razón detrás de que no se acerquen a una instancia de denuncia, la realidad es un poco más compleja.
Dentro del contexto universitario, como en el resto de la sociedad, hemos normalizado la violencia de género como parte de la experiencia del ‘ser mujer’, señalando a quienes la denuncian como exageradas o, peor aun, de mentirosas. Crecemos escuchando estos juicios:
’Es que fulanita denunció a tal famoso porque seguramente quería dinero’; ‘Si en serio pasó, ¿por qué se esperó tanto para denunciarlo?’; ‘Seguramente el chavo tenía buenas intenciones y ella lo malinterpretó todo’; ‘Es que ve cómo iba vestida; ella le dio entrada’
Incluso llegamos a creerlo y cuando nos llega a suceder nos sentimos culpables: ‘tal vez sí estoy exagerando’; ‘tal vez yo hice algo para propiciarlo’; ‘nadie me va a creer’.
Nadie me va a creer. Nadie. Si has escuchado a tus seres queridxs decir que otras mujeres que vivieron una experiencia similar a la tuya están mintiendo, resulta difícil pensar que te van a creer a ti y, si ni tus seres queridxs te creen, ¿quién te va a convencer de que en una instancia llena de desconocidxs lo harán?
Las mujeres no denuncian porque no les creen
Sinceramente pienso que sí, sólo se transforma actuando, entonces ¿de qué manera tenemos que actuar para cambiar los índices tan bajos de denuncia? Escuchando; no precipitándonos a juzgar; acompañando los procesos de aquellas mujeres que denuncian.
¿Escuchaste en las noticias que denunciaron a un artista por agredir sexualmente a una chava? No te apresures a demeritar a la mujer que está denunciando; mucho menos en voz alta. Porque nunca sabes si quien te está escuchando está pasando por algo similar y tu comentario hace la diferencia entre que decida o no romper el silencio.
Los procesos de denuncia difícilmente logran ser atravesados en solitario. Necesitamos acompañar a las mujeres que viven violencia; incluso si terminan decidiendo que una denuncia no cumple con sus expectativas de justicia y prefiere no hacerlo. Debemos recordar que la prioridad en estos casos es quien experimentó la violencia y su bienestar.
El acompañamiento después de experimentar violencia es primordial: poder sentirte segura para hablar de ello es necesario. Desgraciadamente, no siempre encontraremos ese acompañamiento en nuestra familia, en nuestrxs amigxs, en las instituciones que deberían respaldarnos, pero podemos acompañarnos de otras formas.
Existen muchas colectivas feministas/antipatriarcales/de mujeres con las cuales acompañarse, espacios seguros donde hablar de estas experiencias, donde podemos generar estrategias para proceder o no con una denuncia.
Actualmente yo formo parte de una de estas colectivas: Refleja, que desde hace tres años se encuentra reuniendo mujeres que aspiran a una vida libre de violencia, lo que a veces implica reconocer las experiencias de violencia que anteriormente hemos experimentado, pero también va mucho más allá.
En Refleja se genera una red de apoyo donde las mujeres pueden compartir sus vivencias, sus diferentes formas de resistencia, pueden ser escuchadas y, en el dado caso, también pueden ser vinculadas con especialistas que las asesoren y acompañen en las experiencias particulares de violencia que estén experimentando.
Por otro lado, en Refleja también se reconoce otro gran impedimento para denunciar —que tal vez no es tan común en el contexto universitario, pero sí fuera de este—, que es la dependencia económica. Si quien te está violentando es tu padre, tutor, tu pareja o cualquier figura de la que dependas económicamente, será difícil que te animes a denunciarlo sin un plan económico de contingencia.
Por lo anterior, en Refleja se promueve la economía solidaria entre proyectos de mujeres, organizando bazares en los eventos que se llevan a cabo, como una manera de fomentar su independencia económica y tener la libertad de denunciar, si deciden hacerlo.
Refleja se encuentra vinculando y acompañando a mujeres en Puebla, pero en todo el país existen colectivas que pueden ser un espacio seguro si te encuentras experimentando violencia y si tú nunca has vivido violencia de género. Recuerda que puedes ser parte de la red de apoyo de alguien que sí la esté viviendo; sólo es cuestión de escuchar y acompañar.
Si te interesa o quieres que alguien más entienda con mayor detalle sobre este tema, puedes ver y compartir mi Ted Talk:
Y si quieres saber más de lo que estamos haciendo en Refleja puedes seguirnos:
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Bibliografía:
Buquet, A., Cooper J. A., Mingo, A. y Moreno H. (2013). Intrusas en la Universidad, México, UNAM- Programa Universitario de Estudios de Género/Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación.