En el marco del Día Internacional de la Mujer, el pasado 8 de marzo todas las publicaciones se tiñeron de rosa y morada, siendo un día en el cual, las marcas muestran su apoyo a las mujeres y al movimiento feminista con el objetivo comercial, pues es una estrategia superficial que solamente cae en el capitalismo violeta; es decir, purplewashing.
Se le conoce como purplewashing, a las estrategias de marketing de diversas marcas comerciales que utilizan el color violeta o rosa en sus productos o publicidad para solamente beneficiarse de la relevancia del día de la mujer, día del cáncer de mama, día de la madre y demás fechas importantes para posicionar y vender sus productos o servicios (capitalismo violeta ) pero en el día a día, no apoyan a las mujeres trabajadoras de sus compañías, existe machismo, brechas salariales, pocos o nulos puestos de liderazgo ocupados por mujeres, poca flexibilidad para madres y un sinfín de dinámicas sociales que solo refuerzan los estereotipos de género.
Al respecto, Aideé Zamorano, fundadora de Mamá Godín, señala lo siguiente:
“Por ello, más allá de estas publicaciones rosas o charlas con motivo del Día de la Mujer, las empresas son parte del cambio y pueden comenzar con acciones concretas en pro de las mujeres que trabajan en sus compañías y no aparentar o pintarse de rosa con este simbolismo vacío de apoyo que los 364 días restantes no lo llevan a la práctica”
Guía para evitar el capitalismo violeta
Generar igualdad de género en los centros de trabajo, no es tarea fácil, pero en las empresas, podemos empezar con esta guía, que Mamá Godín, en colaboración con Gender Issues, ambas, interesadas en promover políticas públicas para la igualdad, nos comparten:
Algunas acciones más allá del #8M:
1. Diseño de acciones afirmativas para caminar hacia la paridad de género en todos los puestos y niveles de la organización. Sí, hay que empezar con cuotas, 50 por ciento de cada sexo en los comités ejecutivos y una representación de al menos 40 por ciento en el resto de la plantilla laboral
2. Capacitar y hacer mesas de trabajo constantes en temas de feminismo, igualdad de género, diversidad e inclusión, masculinidades alternativas y brindar herramientas para llevar esto a la práctica
3. Involucrar y capacitar a todos los niveles y todas las áreas de la organización
4. Igualar las licencias de maternidad y paternidad. En la medida que solo se brinden más beneficios a las mujeres y no a los hombres, los sesgos de género son reforzados manteniendo la idea que son las mujeres quienes son las únicas responsables del cuidado de los otros y de las labores domésticas
5. Integración de la perspectiva de género en los procesos de recursos humanos: Realizar un diagnóstico de la normatividad interna, específicamente de los procesos de selección, convocatorias de empleo y analizar si no existen sesgos de género u otros
6. Diseño y socialización de una política de igualdad y no discriminación, así como cero tolerancia a la violencia laboral y sexual. Como parte de esta política, es indispensable establecer un comité especializado que vigile la implementación de acciones preventivas, de atención, sanción y garantía de no repetición en los casos que surjan
7. Programas de mentoría: ‘No puedes ser lo que no puedes ver’. Estos programas de mentoría tienen un efecto inspirador e incentivan a más mujeres a continuar su desarrollo profesional a través del apoyo directo de otras personas que les ayudan a obtener capacidades y habilidades técnicas para niveles más altos
8. Revisión constante de la segregación salarial y ocupacional: revisar de manera detallada los criterios que definen las retribuciones de las y los empleados, así como los criterios de feminización o masculinización de actividades, para que, a través de un plan de igualad, se establezcan acciones para igualar las condiciones salariales y ocupacionales
9. No reforzar discursos de autoestima y que es un tema privado. El acceso al trabajo en condiciones de igualdad no es un tema privado, de ‘echarle ganas’, es un tema público en el que el Estado y las organizaciones tienen incidencia directa. Lo personal es político, ¿recuerdan?
10. Recordar que hay diferentes formas de ser mujer, diferentes tipos de personas y múltiples feminismos. La diversidad es una realidad que debe estar reflejada en las empresas pequeñas, medianas y grandes
¿Cómo combatir el purplewashing?
Tatiana Revilla, de Gender Issues señala algunos cuestionamientos que podrían ayudarnos como empresa a ser mejores para lograr igualdad de género:
“¿Y si hacemos todo el año un 8M? ¿y si todas esas organizaciones, políticxs, gobernantes, partidos, marcas, empresas, universidades, y, todas las personas que el 8M traen bien puesta la playera feminista lo hacen todo el año? ¿y si trabajan cada día en encontrar soluciones para mejorar las condiciones laborales, sociales, políticas y familiares de las mujeres?”
Para concluir, Aideé Zamorano señala lo siguiente:
“Las empresas pueden contribuir a reducir las violencias estructurales y construir una igualdad sustantiva, el 8M es un buen momento para iniciar el ejercicio. Teñir de rosa o morado su imagen corporativa en las redes sociales y productos, no necesariamente refleja la realidad de las mujeres al interior de sus organizaciones, hay que hacer congruentes los mensajes”
https://www.youtube.com/watch?v=AOrL_bKPUmo
Con información de Mamá Godín
Portada: Mujer México
Interiores: Mamá Godín y Twitter @foolsunshine @lauraarbol_ e Instagram @feminarian