Olivia de Havilland fue una de las estrellas del cine dorado de Hollywood, donde arriesgó su carrera y su reputación para acabar con la explotación laboral.
La actriz es recordada por interpretar, entre muchos personajes, a Melania en el legendario filme Lo que el viento se llevó; sin embargo, su papel en la industria cinematográfica fue más allá de la pantalla grande.
El Hollywood de los años 30 y 40 estaba regido por el sistema de estudios, que era considerado por muchos actores y actrices como ‘la cárcel más lujosa del mundo’.
Las grandes productoras como Metro, RKO, Paramount, Warner y Fox controlaban el negocio y hasta la vida de sus empleados, sin importar que se tratara de directores, guionistas o actores.
Los estudios decidían cómo sus trabajadores debían vestir, vivir y actuar durante siete años, que era el tiempo que duraban sus contratos, lo que los convertía en prácticamente propiedad de la empresa.
Debido que los actores y actrices no podían elegir qué papeles interpretar o rechazar, si se rehusaban a realizar un filme, eran suspendidos sin salario por tiempo indefinido.
Sobre el tema, Olivia de Havilland declaró:
“Te importaba mucho tu trabajo y te importaba el público. No querías disgustarle ni tampoco disgustarte a ti misma. Te importaba lo suficiente como para tolerar aquella especie de ostracismo porque no te estaba permitido cruzar las verjas del estudio durante lo que duraba la suspensión, y para quedarte sin sueldo durante un tiempo en el que, por supuesto, no podías ganar dinero en ningún otro sitio”
Las suspensiones terminaban alargando los contratos, en algunos casos de forma arbitraria e indefinida, como le ocurrió a Olivia al finalizar sus siete años con Warner.
Muere a los 104 años Olivia de Havilland, la última gran estrella del Hollywood clásico de los 40 y 50. Ganó dos premios Oscar y apareció en películas icónicas como "Lo que el viento se llevó" pic.twitter.com/d41zPW8XR2
— Juan Ceñal (@ordago13) July 26, 2020
La productora le indicó que debía trabajar seis meses, una vez cumplidos intentó finiquitar el acuerdo, pero le dijeron que le habían sumado seis meses más con la productora.
Olivia decidió no aceptar la nueva extensión de su contrato; con ayuda de un abogado estudió las leyes de California y pronto descubrió algo interesante:
“Ningún patrón puede mantener a un empleado durante un contrato de más de siete años”
La actriz decidió demandar a Warner y el caso llegó a la Suprema Corte de California.
Durante el litigio, Olivia explicó que el sistema de estudios había convertido sus contratos en una forma de semiesclavitud.
El juicio duró de 1943 a 1946, periodo en el que la actriz no pudo trabajar ni generar recursos.
Incluso, grandes estrellas como Greta Garbo o Bette Davies se habían enfrentado en el pasado contra el mismo sistema sin éxito, por lo que de Havilland estaba arriesgando su carrera para acabar con la ley injusta.
Adios a la eterna #OliviaDeHavilland que ha muerto a los 104 años de edad mientras dormía. Con su marcha se apaga también la última estrella de ese Hollywood clásico ya extinto. Ganó dos #Oscars, por #TheHeiress y #ToEachHisOwn y fue la inolvidable Melanie de #GoneWithTheWind. pic.twitter.com/eVfogf9qAY
— For Your Consideration (@FYC_Oscar) July 26, 2020
Tras años en disputa, la Suprema Corte dio el fallo a favor de Olivia. La Warner apeló y la actriz volvió a ganar, dando paso a la creación de la Ley de Havilland o Decisión de Havilland, como se conoce hasta la fecha.
Esta nueva legislación transformó el negocio en Hollywood, los agentes se convirtieron en los mejores aliados de los actores, quienes preferían trabajar por su cuenta decidir qué papeles interpretar.
La actriz que ganó el Oscar en la categoría a Mejor Actriz por su participación en el filme Vida íntima de Julia Norris falleció este 26 de julio a los 104 años de edad, mientras dormía en su casa en París, Francia.
Sin embargo, su legado permanecerá y tal como lo dijo su coprotagonista y amiga Bette Davis en su autobiografía:
“Los actores de Hollywood estarán siempre en deuda con Olivia”
Con información de CNN, Vanity Fair y Fotogramas.es
Portada: Twitter @stiletano
Interiores: Twitter @libertaddigital @JLambanM