Con el paso de los años, se ha vuelto popular el vegetarianismo y el veganismo, el primer estilo de vida consiste en no comer carne y en el segundo, está prohibido consumir alimentos de origen animal.
Existe una controversia entre que si los niños deben o no consumir carne; la cual parte de que los adultos son libres de hacer lo que quieran con su vida y su salud, pero no con sus hijos.
¿Pueden los niños vivir sin carne?
La Academia Estadounidense de Nutrición (ADA, por sus siglas en inglés), la asociación de nutriólogos más importante del mundo asegura que los niños sí pueden ser vegetarianos e incluso veganos; siempre y cuando, lleven una dieta planificada de manera apropiada para que pueda aportar los nutrientes esenciales para su crecimiento y desarrollo óptimo.
Es importante que en una dieta vegana o vegetariana se consuman proteínas; las cuales se obtienen de las legumbres y sus derivados, frutos secos, semillas y también de algunos cereales como el trigo, la avena y la quinoa.
¿Cómo debe ser la alimentación de un niño que no come carne?
La alimentación depende en gran medida de la edad. Para los primeros seis meses de vida del bebé, la recomendación es la misma que para familias no vegetarianas: lactancia materna en exclusiva o leche de fórmula.
Las familias veganas que prefieran evitar las fórmulas convencionales -derivadas de leche de vaca- pueden utilizar fórmulas adaptadas a base de soya o de arroz.
A partir de los seis meses se introducen los alimentos sólidos. Además de las verduras, frutas y hortalizas, uno de los primeros alimentos que se deben introducir en la dieta del lactante vegetariano son las legumbres, que el sustituto natural de la carne y el pescado.
Entre los siete y ocho meses se recomienda incorporar frutos secos, como almendras, nueces y pistachos, que son ricos en proteínas, grasas, vitaminas y minerales.
Desde los dos años de vida debería parecerse cada vez más a la del resto de la familia. En cuanto a los suplementos, el que se recomienda para todas las personas vegetarianas, desde los siete meses de vida y hasta la vida adulta, es el de vitamina B12, en forma de cianocobalamina. Y también de vitamina D, en el caso de los niños que no puedan exponerse de forma regular al sol.
Con información de El País, Diario.es y CNN en Español
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