Aunque se le considera tradicional, aburrida, monótona, ¿sabías que la posición de misionero es una de las más peligrosas?
La posición de misionero es una de las más populares y no siempre por buenas razones. Debido a que el hombre va encima de la mujer, también se le conoce como de superioridad masculina.
A esta postura sexual también se le conoce con otros nombres:
- Matrimonial
- Inglesa americana
- De mamá y papá
Diversos registros históricos señalan que la posición de misionero fue una de las más comunes entre nuestros antepasados.
Además, no es exclusiva de los seres humanos. Animales como los armadillos también la practican.
Hay quienes afirman que el nombre de la posición de misionero se acuñó gracias a los colonizadores. Sin embargo, no es así.
A continuación, te explicaremos a detalle todo lo que debes saber sobre esta popular postura sexual.
¿Cuál es la posición de misionero?
La posición de misionero es una de las más clásicas. Se distingue porque ambos quedan frente a frente, lo que permiten que se concentren en el placer del otro.
Esta postura es muy simple. La mujer permanece recostada con las piernas abiertas mientras el hombre la penetra.
La cercanía entre ambos permite que se puedan dar besos largos y apasionados. Por ello, se considera que es una de las mejores posiciones para crear una conexión íntima, pues no implica el simple acto del coito.
Pese a que algunos afirman que esta postura es muy aburrida, en realidad es una de las más peligrosas.
Un estudio afirma que muchos hombres han sufrido fractura de pene con la posición de misionero. Los expertos afirman que esto ocurre cuando el miembro se desliza fuera de la vagina y golpea contra el perineo.
¿Por qué se llama postura de misionero?
La Iglesia Católica recomendaba a sus feligreses realizar solo esta postura debido a que la consideraba más casta y efectiva para procrear. Sin embargo, no fue la encargada de darle este nombre.
De acuerdo con los expertos, la primera vez que apareció este término fue en 1948. Específicamente, en el libro Sexual Behavior in the Human Male, del escritor Alfred Kinsey.
Se trató de una nota extraída de un libro del antropólogo Bronislaw Malinowski, en 1929. Sin embargo, fue una mala interpretación, pues este nunca utilizó tal concepto.
Pese a ese error, la expresión ‘postura del misionero’ se popularizó. Durante la década de los 60 y 70, la obra de Kinsey fue un éxito de ventas y el concepto se popularizó.
Diversos historiadores han señalado que gracias a este antecedente se puede constatar que ni colonizadores o evangelizadores acuñaron el término.
Sin embargo, es verdad que durante muchos siglos fue la única aceptada por la Iglesia Católica.
De hecho, los sacerdotes la recomendaban para las parejas debido a que la consideraban como menos erótica y la más ‘natural’. Incluso, era perfecta para quienes no querían cometer pecado mortal.
Además, se aseguraba que la posición de misionero era la más adecuada para la fecundación. Esta es una fama que perdura hasta nuestros días, pero ¿es así?
¿La postura del misionero facilita el embarazo?
La postura del misionero permite una penetración profunda. Por ello, aumenta la probabilidad de que los espermatozoides lleguen lo más cerca posible del útero.
Estudios con escáneres han comprobado que la punta del pene alcanza las áreas cercanas a la parte frontal del cuello uterino. Sin embargo, ¿esto es una garantía de embarazo? La respuesta es no.
En realidad, no existe una postura ideal para concebir. El coito vaginal, sin importar en qué posición se realice, es la única indicación que debe seguir.
Naira González López, ginecóloga de la unidad de Reproducción Asistida, afirmó que es un mito que la posición de misionero facilite el embarazo. La experta señaló que todo depende del ciclo de ovulación:
“La recomendación sería la de tratar de concentrar las relaciones sexuales en los días próximos a la ovulación”
Sin embargo, la búsqueda de un embarazo no se debe convertir en una obsesión. Disfrutar de la intimidad es clave:
“Buscar la postura que resulte más placentera para la pareja y evitar una programación excesiva en la práctica del sexo. En ocasiones la obligatoriedad genera un efecto estresante contraproducente”
La postura del misionero es peligrosa para embarazadas
Líneas arriba te explicamos que la fractura de pene es común al efectuar la posición de misionero. Sin embargo, también debes tener cuidado con ella durante el embarazo.
El riesgo de esta postura surge debido a que el pene avanza hasta la uretra. Como consecuencia, arrastra hacia ella bacterias que integran la flora vaginal.
Esto podría ocasionar una infección que comprometa el canal del parto. Si se trata de tu primer embarazo tal vez no sepas que eso debe evitarse a toda costa.
Si existen sospechas de amenaza de aborto, la posición de misionero puede ser extremadamente peligrosa. Cuando no es el caso, se puede realizar, siempre y cuando tu pareja evite las penetraciones bruscas y violentas.
Sin embargo, los movimientos y caricias suaves sí están permitidos. Debes indicarle a tu pareja qué te hace sentir cómoda y qué no. Solo debes recordar que se debe evitar hacer presión sobre tu abdomen y pecho.
Si el embarazo está avanzado, en lugar de la posición de misionero, lo mejor es optar por posiciones laterales y posteriores.
También puede ser una opción el sexo de pie. Sin embargo, las embestidas bruscas deben evitarse por completo.
¿Cómo mejorar la posición de misionero?
La postura de misionero se considera muy aburrida debido a que puede tornarse monótona. Sin embargo, existen varias formas de lograr que la llama continúe encendida de principio a fin.
Besos apasionados
Y no, no nos referimos solo a la boca. Existen zonas erógenas que puedes alcanzar fácilmente con la posición de misionero, como las orejas, la barbilla y el cuello. No pierdas de vista estos puntos y deja que la temperatura aumente.
Utiliza accesorios
Los juguetes sexuales, como vibradores y anillos, para el pene te ayudarán a estimular el clítoris durante la penetración. Prueba con tu pareja lo que más les acomode para tener una experiencia más placentera.
Usa gel estimulante
Estos fueron diseñados para regalarte mayores sensaciones durante el acto sexual. Así que puedes ponerte creativa y probar un gel que intensifique tu placer.
Véndate los ojos
Aunque ver la cara de tu pareja es una de las ventajas de la posición de misionero, colocarte una venda en los ojos hará que redescubras tus propias sensaciones.
Estira tu cuerpo totalmente
Mantén tus piernas cerradas durante la penetración con las rodillas juntas y presiona tus muslos para crear fricción. A ambos les encantará.
Mueve tu pelvis
Tener a tu hombre encima no significa que él debe hacer todo el trabajo. Mueve la pelvis igual que si estuvieras en una posición dominante. Esto no solo será placentero para tu pareja; también te ayudará a estimular tu clítoris.
Variantes de la postura de misionero
Asiento de loto
Permanece acostada con las piernas levantadas y las rodillas flexionadas. Tu chico debe arrodillarse frente a ti durante la penetración, mientras apoya sus glúteos en sus tobillos.
Si eres lo suficientemente flexible, puedes apoyar tus rodillas en tu pecho o colocar ambos pies en los pectorales de tu chico.
El casero
Levanta tu cadera y rodea la cintura de tu pareja con las piernas. Asegúrate de estar bien apoyada para que no pierdas la postura. Los brazos de tu chico te ayudarán a mantener el equilibrio. Por ello, es importante que él esté cómodo.
Número 8
En esta variación de la postura de misionero, tu debes marcar el ritmo. ¿Cómo? Dibujando el número ocho con tu cadera durante la penetración. Puede parecer complejo, pero si te aferras con las manos a la cadera de tu chico, no será difícil lograrlo.
Pausa zen
En esta posición, ambos estarán de frente, pero de lado. Solo necesitan acercar sus caderas para que la acción inicie. Usen almohadas y cojines para estar cómodos durante el acto.
Nirvana
Si eres de las mujeres que no disfrutan de la postura de misionero porque quieren tener un rol más activo, debes probar esta.
Apóyate en tus antebrazos mientras estás acostada y sube la cadera para crear un efecto de sube y baja. De ti dependerá manejar la profundidad y el ritmo hasta que ambos alcancen el orgasmo.
La caja de seguridad
Si a tu pareja y a ti les gusta la aventura, esta variación de la posición de misionero les encantará. Tu chico debe mantener los brazos estirados hacia atrás durante el acto sexual.
Tus piernas deben rodear la cintura de tu hombre para controlar los movimientos. Tal vez no utilizar las manos puede parecer complicado, pero si aman los retos, se divertirán mucho intentando.
La postura del 30
Este es un plus a la lista, pues es una postura sexual como tal; de ahí su nombre. Algunos consideran que no es una variación de la posición de misionero e incluso aseguran que es igual de sexi que el 69.
Dejando opiniones de lado, esta es una forma de hacer de tu encuentro íntimo una experiencia más excitante y aventurera. Incluso, puede ayudarte a maximizar las sensaciones durante el acto sexual.
Para llevarla a cabo debes tumbarte sobre la cama con la cabeza apoyada en una almohada; no tiene que ser muy grande, pero debe darte el soporte que necesitas. Tus piernas necesitan estar dobladas hasta que roces tu pecho con las rodillas.
Tu pareja debe colocarse en cuclillas sobre ti. Cada uno de sus brazos debe estar a un lado de tu cabeza. En esta posición debe penetrarte; por ello, ambos deben estar muy cómodos.
Esta es una de las posiciones ideales para alcanzar el orgasmo, pues el pene tocará la pared vaginal de lleno.
Obviamente, no es fácil, pero tampoco es imposible. La clave es que se realice con calma y con unos buenos previos para que tu vagina esté bien lubricada y el coito resulte sensual, pero sobre todo cómodo.
Ojo, si tu pareja y tú no son muy flexibles, deben calentar los músculos antes de practicar esta postura para evitar lesiones.
¿Te animas a probar alguna de estas variaciones de la posición de misionero?
Con información de 20Minutos, Durex, Flo Health, Informacion.es, Ser Padres, Enfemenino, El Confidencial, Cosmopolitan y Mejor con Salud
Portada: Mujer México
Interiores: The Noun Project y Pexels