En la canción de La Mala, Belinda se atrevió a abordar el juicio social del que muchas mujeres son víctimas alrededor del mundo.
El 15 de agosto, Belinda estrenó una canción titulada como La Mala, un sencillo que ha generado polémica debido a su letra. Pero lo que más llamó la atención fue el video musical, el cual salió a la luz hasta el viernes 23 de agosto.
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Con La Mala, la cantante marcó su regreso a la industria musical tras más de una década de ausencia. Mediante su tema expuso su sentir al ser expuesta y juzgada públicamente, especialmente tras su sonada relación con Christian Nodal.
El video de la canción dura 3 minutos con 17 segundos. Desde los primeros segundos muestra Belinda en un viaje visual cargado de simbolismo y crítica social. Mediante su narrativa explora la experiencia de ser juzgada y atacada de manera mediática.
Claves para entender los simbolismos de La Mala de Belinda
Belinda se presenta con una imagen que evoca a María Magdalena, una figura bíblica que ha sido objeto de juicios y críticas a lo largo del tiempo. Este simbolismo subraya el tema central de la canción: el dolor de ser expuesta y criticada sin piedad.
Al adoptar esta representación, Belinda conecta su propio sufrimiento con el de aquellas mujeres que han sido injustamente atacadas por la sociedad. Luego, la cantante asume el papel de una vampira o bruja, símbolos que históricamente han sido asociados con figuras perseguidas y ejecutadas en medio de histerias colectivas.
Una escena impactante muestra a Belinda utilizando sus poderes para hipnotizar a las masas, orquestando así su propio linchamiento. Esta representación pone de manifiesto la dinámica en la que las acusaciones y las críticas se convierten en un espectáculo colectivo, donde la víctima es el objetivo de un ataque desenfrenado.
Luego aparece un grupo de mujeres tejiendo una máscara para Belinda, simbolizando cómo los medios de comunicación han intentado construir una imagen que no la representa.
Irónicamente, estas mismas personas que ayudaron a crear esta narrativa distorsionada también participan en el intento de lincharla. Estas escenas ilustran cómo se ha fabricado una identidad falsa que oculta su verdadera esencia.
En otra escena, Belinda se ve bebiendo en un bar mientras observa la televisión, donde un noticiero alerta sobre “La mala está aquí” y reporta que la cantante está siendo linchada en la Alhóndiga de Guanajuato.
Otras referencias de la canción de Belinda
El videoclip de Belinda dejó a descubierto que ella no era mala y la prueba estaría en que un vampiro la atacó y manchó su imagen. Entonces, la gente creyó que ella había matado a ese hombre sin razón alguna, todo eso sin saber que en realidad quién la lastimó fue él.
En este punto, muchos señalaron que ese vampiro era Christian Nodal, quien al finalizar la relación con Belinda él quedó como víctima, mientras señalaron a Belinda como victimaria.
Posteriormente, Belinda se muestra en un confesionario, presentándose ante un sacerdote con la cabeza de un hombre que supuestamente había matado. Esta escena simboliza el intento de redención y el moralismo inherente a las acusaciones dirigidas contra ella.
La siguiente escena revela un giro inesperado: la realidad es que ella nunca pudo haber matado a ese hombre, ya que él ya estaba muerto al ser un vampiro desde antes. De hecho, aparece entre la multitud, disfrutando del linchamiento que Belinda está sufriendo.
Luego, la artista aparece con el corazón arrancado, derramando lágrimas de sangre. Más adelante, se muestra al vampiro sosteniendo el corazón de Belinda en sus manos. Tras todos estos ataques y el linchamiento que ha soportado, Belinda aparentemente “muere” y es enterrada.
Sin embargo, esto es solo lo que ella quiere que se piense, ya que en realidad sigue viva. Lo que realmente ha sido destruido es la imagen o la concepción pública que se tenía de ella.
Al final del video, Belinda se ve leyendo un periódico llamado “El Espejo”, que sirve como una metáfora crítica del juicio y la autopercepción. El espejo representa la idea de que los juicios emitidos sobre los demás reflejan las propias imperfecciones y prejuicios de quienes los hacen, cuestionando así la validez de esas críticas.
En el clímax del video, Belinda se despide de la versión de sí misma que ha sido enterrada, simbolizando el fin de una imagen distorsionada creada por el juicio público. Esta escena finaliza con la liberación de esa percepción falsa y el regreso a su verdadera identidad, ahora libre del peso de las críticas y la falsedad.