Wendy Figueroa, directora general de la Red Nacional de Refugios (RNR), pidió políticas transversales para erradicar la violencia de género en México.
Desde hace varios años, nuestro país vive una crisis de feminicidios y agresiones contra mujeres que urge resolver.
Día con día, cientos de niñas y féminas son agredidas emocional, física y sexualmente, asesinadas y, por si fuera poco, también son revictimizadas por las mismas instituciones que deberían protegerlas.
Aunado a lo anterior, la problemática está lejos de conocerse en su totalidad y para muestra, la cifra de niños que han quedado huérfanos por los feminicidios ni siquiera se registra de manera oficial, lo que ha convertido a este sector en una ‘población invisibilizada’.
Ante este desolador panorama, las políticas transversales serían una vía efectiva para erradicar la violencia de género, aseguró Figueroa.
De acuerdo con la defensora de los derechos de las mujeres, la intersectorialidad y la transversalidad son aspectos clave en toda gestión pública; sin embargo, la crisis derivada de la COVID-19 evidenció las fallas que existen para aplicarlas en nuestro país de manera adecuada.
Pese a las reformas a la ley y conformación de instituciones que tienen la tarea de velar por los intereses del sector femenino, las acciones para garantizar espacios libres de violencia pocas veces se materializan.
Figueroa resaltó que, en medio de la crisis sanitaria, aplicar la perspectiva de género en las estrategias se hizo de manera tardía y, por si fuera poco, desarticulada, por lo que resaltó la importancia de la cooperación intersectorial:
“Parece que México lo ha olvidado y, el resultado es justo soluciones monosectoriales y una distribución dispersa de los recursos ante el COVID-19, las medidas para mitigarlo y sus efectos en el incremento de las violencias contra niñas y mujeres” [sic]
Además, la ausencia de la transversalización de la perspectiva de género ha ocasionado que, frente a la otra pandemia, las víctimas no estén bien informadas de a dónde acudir en caso de agresiones en sus hogares.
Figueroa puso como ejemplo las órdenes de protección, que no han disminuido las cifras de actos de violencia y feminicidios frente a un sistema de justicia rebasado.
Para la activista, la intersectorialidad debe estar vinculada con políticas de género transversales en los siguientes ámbitos:
- Salud
- Atención
- Protección
- Educación
- Económicas
Lo anterior, con el objetivo de equilibrar las medidas que buscan mejorar la calidad de vida de las mujeres ante la pandemia de COVID-19 y la violencia machista.
Con información de Expansión Política, Letras Libres y BBC
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