El home office o trabajo desde casa es un privilegio al que no todas las mujeres tienen acceso; esto ha salido a relucir en gran medida debido a la contingencia que se vive en el mundo por el brote de COVID-19.
Una de las limitantes es el acceso a internet, pues de acuerdo con el anuario estadístico 2019 del Instituto Federal de Telecomunicaciones, en la Ciudad de México, de los 2 millones 688 mil 717 hogares se tienen registrados, solo 63 por ciento tiene acceso a un equipo de cómputo.
Respecto al gasto promedio en el servicio de internet móvil para acceder a la red, los hogares capitalinos con menor nivel de ingresos son los que mayor porcentaje del gasto del hogar destinan.
De los más de 2 millones de hogares, destinan el 6 hasta el 10 por ciento de lo que perciben de sueldo; mientras que los hogares con menores ingresos sólo destinan 2 por ciento e incluso solo uno por ciento para tener internet, pues su poder adquisitivo no oprime este gasto.
Sin embargo, hay otro panorama. Aun con un equipo, el personal laboral no tiene habilidades y capacidades para trabajar en casa, sin importar la edad, ‘pues una cosa es ser experto en tecnología, y la otra, ser una persona funcional digital’, explicó Rafael Pazarán, especialista en tecnología.
El IFT indicó que el 28 por ciento de los hombres sabe crear hojas de cálculo; el 21 por ciento, hacer uso de una base de datos; y un ocho por ciento hace uso de programas con lenguaje especializado. Sobre las mujeres, 25 por ciento maneja Excel, 21 por ciento manipula bases de datos y 7 por ciento sabe usar programas especializados.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (Endutih), 76.6 por ciento de la población urbana es usuaria de Internet, mientras que en las zonas rurales, es el 47.7 por ciento.
Lulú Barrera, del Colectivo Luchadoras, opinó que el Inegi sólo mide la conectividad en los hogares y plantea qué pasa si una mujer vive violencia en su casa y el único celular para conectarse es del esposo que la maltrata, no puede entrar a internet para encontrar una solución.
Otro obstáculo serían las barreras culturales y actitudes sociales machistas en torno al acceso, como la creencia de que ‘las mujeres no deben usar internet’.
La falta de tiempo sería otro factor que impide a las mujeres acceder a la red; ellas tienen la doble carga de trabajo: el doméstico y el laboral, y disponen de menos tiempo ‘libre’ para conectarse.
Aundado a eso, con las medidas de contingencia las madres tienen la triple carga de trabajo laboral, doméstico y la enseñanza de sus hijos e hijas, porque los roles patriarcales en la sociedad mexicana, les imponen el cuidado de la niñez, como indicó el Instituto Nacional de las Mujeres.
Con información de El Sol de México., LJA y Mujer México
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