De acuerdo con especialistas, el coronavirus puede provocar parto prematuro en embarazadas, además de tener efectos adversos sobre los recién nacidos como pérdida del bienestar fetal, distrés respiratorio o trombocitopenia.
A través de un documento científico-técnico sobre la COVID-19, el Ministerio de Sanidad refiere que a pesar de este hallazgo, existen muy pocos datos disponibles de embarazadas que hayan sido infectadas con el nuevo virus.
Incluso, se destaca que pareciera que este sector de la población no es de los más susceptibles a padecer la enfermedad, siendo que hay más hombres que mujeres afectados por el coronavirus.
Aunado a lo anterior, la institución dirigida por Salvador Illa asegura que la neumonía en mujeres embarazadas no parece más grave que en el resto de la población, además de que no existe evidencia de que se transmita el virus cuando adquiere la infección en el tercer trimestre de embarazo.
Sin embargo, los expertos del Ministerio de Sanidad detallan que lo que sí es probable es que se den casos de infección perinatal, cuyo resultado no es favorecedor en los recién nacidos ya que adquieren algunos de los problemas de salud mencionados anteriormente.
En este escenario, a pesar de que hay pocos estudios existentes de casos en mujeres embarazadas, el organismo no descarta que sea uno de los grupos de riesgo de desarrolle enfermedad grave por la COVID-19 al igual que las personas mayores de 60 años, quienes son de los sectores más vulnerables como aquellos quienes padecen hipertensión arterial, diabetes, así como enfermedades cardiovasculares.
Sobre este punto, el Ministerio de Sanidad en España dicta que hay dos estudios publicados en febrero sobre dieciocho casos de COVID-19 en mujeres embarazadas en el tercer trimestre, donde queda en evidencia que ninguna desarrolló una neumonía severa, murió o tuvo un hijo con la enfermedad.
Respecto a la manera de actuar ante el caso de una embarazada con coronavirus, el protocolo establece que cuando una mujer en estado de gestación llegue a urgencias con sospechas de padecer la enfermedad, se le coloque una mascarilla quirúrgica y se le aísle separada de otros pacientes; posteriormente, el tratamiento se basará en la optimización del estado de salud de la madre y el feto con un estrecho seguimiento.
Con información de Cluster Salud, Infosalus y Univisión
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