Las sexoservidoras enfrentan una difícil situación en CDMX ante la crisis sanitaria, pues además del miedo al contagio de la nueva cepa de coronavirus, deben enfrentar otros desafíos.
La pandemia de COVID-19 ha vulnerado a diferentes sectores de la población, principalmente en el ámbito laboral y de salud.
La paralización de las actividades productivas, así como las medidas de confinamiento obligatorio, ocasionaron que, además de los vendedores ambulantes, las trabajadoras sexuales se quedaran sin clientela.
Sin embargo, ante el cierre de algunos hoteles decretado por el gobierno capitalino en marzo, algunas de ellas incluso se han visto obligadas a dormir en las calles.
Desde que inició la pandemia, diversas organizaciones civiles que apoyan a las sexoservidoras denunciaron que esta situación es alarmante, pues además de enfermedades de transmisión sexual, la COVID-19, estas mujeres constantemente están expuestas a la violencia.
Por si fuera poco, la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez informó que, en CDMX, de las 7 mil 500 trabajadoras sexuales que tienen registradas, algunas se encuentran entre los grupos vulnerables al contagio del coronavirus:
- 20 por ciento – diabetes
- Diez por ciento – adultas mayores
Desde que inició la pandemia, la Casa de las Muñecas Tiresias y la Brigada Callejera pusieron en marcha programas de apoyo para las sexoservidoras que se quedaron sin su principal fuente de ingresos.
Brigada Callejera montó un comedor público para este sector, pero el 10 de mayo suspendió su proyecto por falta de recursos y donativos, informó Alern Palestina, integrante de la asociación.
Además, en diversas entrevistas, varias trabajadoras sexuales denunciaron que los albergues y subsidios prometidos por el gobierno capitalino fueron proyectos que se cumplieron a medias.
De acuerdo con sus testimonios, en lugar de las despensas y ayuda económica que supuestamente se les daría por tres meses, recibieron una tarjeta de ‘apoyo emergente’ para hacer compras en farmacias y supermercados.
https://twitter.com/Dafne148Mora2/status/1247641898921021440
Sin embargo, un número considerable de quienes recibieron el plástico tuvo problemas para utilizarlo por un supuesto error del sistema.
En medio de la crisis sanitaria, las sexoservidoras no pueden encontrar tranquilidad en su día a día, pues además de la preocupación por el dinero, el miedo al contagio de diversas enfermedades y a ser víctimas de violencia en las calles, se enfrentan a una realidad en la que no pueden saciar su hambre.
Algunas de ellas incluso declararon que sobreviven la cuarentena con una dieta basada en agua y cigarros, mientras se enfrentan a la indiferencia de las autoridades y las asociaciones civiles no se dan abasto para apoyarlas.
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Con información de Sin Embargo, Infobae y El Financiero
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