Si te gusta cuidar tu piel e invertir en ello, también debes tomar en cuenta olvidarte de ciertos hábitos para lograr mantenerla aún más radiante.
En ocasiones, solo nos fijamos en comprar productos que nos ayuden a una limpieza facial o en utilizar maquillaje con ciertas propiedades que la favorezcan; sin embargo, otras de las cosas que influyen en el cuidado de la piel es la alimentación y los hábitos que tengamos con ella.
Si ya hiciste de todo para tratar de deshacerte de las imperfecciones, te recomendamos decir adiós a estos hábitos que dañan tu piel:
1. No limpiar tu celular
El celular es la herramienta que siempre tenemos en la mano, por lo tanto, es un conductor de bacterias y hongos que llevamos a nuestra cara.
Recuerda la importancia de limpiar y desinfectar tu celular antes de llevarlo a tu cara para evitar brotes de acné.
2. Una mala alimentación
Comer bocadillos, snacks, frituras o comida rápida en exceso hace que tu digestión sea más pesada y que se produzcan trastornos hepáticos o intestinales que se acaban reflejando en tu piel. Piensa que el intestino y el hígado son órganos depurativos y si están saturados, el cuerpo se ‘limpia’ a través de la piel.
3. Fumar y tomar alcohol
La nicotina contrae lo vasos sanguíneos de las capas superficiales de la piel, lo que ocasiona que tu dermis reciba menos oxígeno y otros nutrientes necesarios para que luzcas bella.
Si tomas alcohol en exceso, tu organismo se deshidrata, por lo que tu piel se ve opaca y sin vida. Además, puedes desarrollar manchas rojas.
4. No cambiar constantemente la funda de la almohada
La funda de la almohada absorbe la grasa, las células muertas y los microorganismos de la piel y el cabello, por lo que mantener la funda de almohada limpia es esencial.
Se recomienda que la cambies dos veces a la semana.
5. Tocar tu rostro con las manos sucias
Las manos están en contacto permanente con superficies sucias, si no te las lavas con frecuencia y te tocas la cara, llevas a tu rostro bacterias y suciedad, esto puede acumularse y favorecer la obstrucción de los poros, ocasionando un repentino brote de acné.
Fuentes: Soy Carmín, Salud 180 y Clara
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