Antes de dar a luz debes informarte sobre cuál es la mejor opción, ya sea parto natural o césarea, así evitarás poner tu salud en riesgo.
Si serás mamá pronto, una de las dudas que ronda por tu cabeza es decidir qué es lo mejor para ti: parto natural o cesárea.
Sin duda, querrás saber cuál es la mejor manera de dar a luz. La experiencia de tener un bebé es una etapa un poco difícil.
Es importante informarte sobre las opciones para traer a tu bebé al mundo de modo que tu salud y la suya no corran riesgos.
El que tengas un parto natural o cesárea dependerá de tu embarazo y de los cuidados que hayas tenido, inclusive, de tu peso.
También deberás considerar tu tiempo de recuperación y si contarás con ayuda para cuidar de tu bebé después del parto o no.
El parto natural es la opción más común en el mundo y la más recomendada, incluso, por la Organización Mundial de la Salud.
Dicha opción no solo permite a la madre tener una recuperación más rápida, sino que ayuda a que el bebé se adapte con mayor facilidad al mundo.
En el parto hay una mayor liberación de oxitocina (la hormona de la felicidad); además, implica un uso menor de medicamentos.
Otro beneficio del parto natural es que es menos invasivo que la cesárea, favorece el vínculo entre madre e hijo y requiere de menos tiempo de hospitalización.
Como la recuperación es más rápida, la madre puede hacerse cargo del bebé desde los primeros días.
En algunas ocasiones, aunque se quiera, el parto natural no es una opción viable por estar en riesgo la salud de la madre, el bebé o ambos.
Para evitar complicaciones, lo mejor es siempre acudir con tu ginecólogo para que te ayude a elegir qué es mejor para ti.
Parto natural o cesárea: diferencias al traer al mundo a tu bebé
En un principio, las cesáreas surgieron como una opción para atender los nacimientos con complicaciones, para reducir las pérdidas tanto de madres como de bebés.
Se trata de una cirugía en la que hacen una abertura en la parte baja del abdomen y se extrae al bebé, cortando siete capas de piel.
La cesárea posee un riesgo de infección mayor por la serie de capas de piel que deben cortarse, especialmente si la madre cuenta con sobrepeso.
Actualmente, existe la opción de poder ser programada, evitar contracciones y dolores de parto, pues en madres primerizas puede durar hasta días.
Una cesárea implica aproximadamente seis semanas de recuperación y es más dolorosa que un parto natural en los días posteriores al nacimiento.
Las cesáreas por emergencia son caso aparte, pues se vuelven la única opción cuando la salud de la mamá, el bebé o de ambos está en riesgo.
La recomendación principal es escuchar las sugerencias de tu médico y elegir la opción que te acomode mejor.
Con información de Soy Carmín, Futura Mamá y Mujer México
Portada e Interiores: Freepik