Aunque pareciera que el feminismo únicamente beneficia a las mujeres, lo cierto es que el movimiento y sus demandas también ayudan indirectamente a los hombres y aquí te vamos a explicar algunas de estas razones.
Debido a que el rol de género indica que el hombre es quien tiene que proveer en la familia, el feminismo busca que las mujeres obtengan salarios dignos y oportunidades de crecimiento, con este tipo de iniciativas, los hombres no tendrían que ser vistos como los únicos que ingresen dinero al hogar.
Estos mismos roles de género han hecho que desde pequeños se tenga claro qué actividades son propias para un hombre como para una mujer; en este escenario, el feminismo pretende que cualquier persona pueda ejercer en lo que más le guste sin marcar estereotipos.
De igual forma, es muy común que los hombres, dentro de sus relaciones afectivas, busquen demostrar una caballerosidad mientras que la mujer debe comportarse como una ‘princesa’; este tipo de acciones, si bien pueden hacerse o no, con el feminismo se intenta que esto no sea una obligación para el cumplimiento de las personas en sociedad.
Por otra parte, estudios de género detallan que el feminismo llega a ser un movimiento que aporta en la eliminación de la homofobia, ya que para muchos hombres es reprobable que un masculino tenga comportamientos que sean ‘exclusivos de mujeres’ o que se enamoren de otros hombres.
En este escenario, la lucha feminista ayuda a reducir todos estos estereotipos para que cada hombre pueda expresarse de la manera que quiera, esto sin temor a que sea discriminado, principalmente por su orientación sexual.
¿Hombres feministas?
Luego de que se llevaran a cabo diversas marchas en conmemoración por el Día Internacional de la Mujer, no solo las féminas se pronunciaron por sus derechos, sino que también hubo hombres que se sumaron al llamado conscientes de que el cambio igualmente debía pasar por ellos.
En este sentido, algunos de los hombres consultados por Público, refieren que antes de pasar ‘del dicho al hecho’, ellos deben hacer una reflexión personal, cuestionarse su masculinidad y plantearse cómo han sido educados, ya que su imagen proyectada al exterior podría no coincidir con su actitud en casa, el trabajo o en otros ámbitos donde convivan con mujeres.
Con información de La Silla Rota, Público y Cepaim
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