Las mujeres migrantes son víctimas de trata de personas y explotación sexual en México, de acuerdo con un informe de la Unidad Especializada en Investigación de Tráfico de Menores, Personas y Órganos (Ueitmpo) de la Fiscalía General de la República (FGR).
Las víctimas, provenientes de Venezuela, Colombia, Argentina, Cuba, Brasil e incluso países europeos, llegan a varios estados de la república con la promesa de que trabajarán como damas de compañía.
Las mujeres migrantes son explotadas sexualmente por sus captores en centros nocturnos, bajo la amenaza de que serán reportadas ante las autoridades migratorias.
Además, les retiran sus pasaportes o documentos de identidad para que no puedan regresar a sus países de origen, en tanto que son obligadas a prostituirse.
La Ueitmpo, de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido), señaló que varios estados funcionan como puntos de tránsito de mujeres migrantes que serán explotadas sexualmente; entre ellos se encuentran:
- Veracruz
- Tlaxcala
- Puebla
- Chiapas
- Guerrero
Posteriormente, las víctimas son trasladadas a la frontera, con la finalidad de introducirlas a Nueva York, Atlanta, Houston y California, en Estados Unidos.
Pese a la magnitud de la problemática, de 2016 a la fecha solo se han abierto 186 carpetas de investigación por el delito de trata de personas.
De dicha cifra, únicamente 20 han sido judicializadas y se han obtenido diez sentencias, pues hacen falta tribunales especializados para la atención de ese delito.
De acuerdo con la Ueitmpo, pese a las deficiencias para atender la problemática, la FGR ha desmantelado diversas organizaciones criminales dedicadas a la trata de personas, incluso aquellas compuestas por familias que habitan en Tenancingo, Tlaxcala; por ejemplo:
- Texis
- Guzmán Lira
- Velázquez-Zompantzi
- Xolaltenco-Calvario
- Xilotl
Además de la explotación sexual y trata de personas, las mujeres migrantes que llegan a nuestro país con el objetivo de cruzar la frontera a Estados Unidos, también son víctimas de violencia sexual, ya sea en su tránsito o si deciden vivir en México.
Las agresiones que sufre este sector difícilmente llegan a convertirse en denuncias, ya que no solo teme a la deportación, sino que este proceso legal requiere que la interesada cuente con un documento migratorio.
El panorama se vuelve todavía más desolador debido a que las mujeres migrantes no pueden fácilmente solicitar asilo, mientras que conseguir empleo se vuelve un desafío, pues el permiso para trabajar en el país está supeditado a que la aplicante cuente con una oferta laboral.
Con información de El Universal, Vanguardia y La Silla Rota
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