Debido a la agitada vida y a las múltiples alteraciones que viven las mujeres atletas, suelen tener un ciclo menstrual irregular, por lo que gracias al confinamiento por la pandemia de COVID-19, han experimentado mejoras en su salud.
Las chicas sufren desde amenorrea, oligomenorrea, disfunción de la fase luteal, entre otros padecimientos, en particular las deportistas de alto rendimiento que saben cómo afecta a su cuerpo la búsqueda continua de la excelencia.
Por lo anterior, sufren alteraciones en su ciclo menstrual y ahora con la brusca interrupción de la actividad física, pueden poner fin o al menos aminorar esas irregularidades, ya que su cuerpo experimenta una ‘nueva normalidad’ a la que no está acostumbrado.
El doctor Pedro Manonelles, presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte, explicó que el deporte es lo que causa la anomalía en estas chicas y que si el estado de alarma se prolonga, más de dos meses, es fácil que muchas deportistas mejoren o normalicen su situación menstrual durante ese tiempo.
«Las alteraciones menstruales llegan con el ejercicio a un nivel deportivo muy alto o con un control de peso muy estricto. La alteración es directamente proporcional al nivel de ejercicio».
Dijo que todo depende del ejercicio que haga la deportista en su casa, que es donde ahora debe estar, pero difícilmente será comparable a su actividad habitual.
Indicó que los cambios hormonales que pueda experimentar la mujer dependen también de la intensidad del ejercicio y de su morfología corporal. ‘No es lo mismo una corredora de ultramaratón que una gimnasta’, apuntó.
Algunas mujeres atletas experimentan un aumento de peso en periodos sin competiciones ni entrenamientos, lo cual incide en el ciclo menstrual femenino. ‘En estos días se puede engordar un poco y la amenorrea tiene que ver con el porcentaje de grasa corporal’, recordó el doctor Manonelles, por lo que la regla puede volver a aparecer en deportistas que la habían perdido.
También puede variar sobre la cantidad de menstruación; al respecto, el catedrático aseguró que hay poca literatura. En caso de un aumento extraordinario, hay que tener en cuenta que ‘un mayor sangrado aumenta el nivel de pérdida de hierro’, con el consiguiente riesgo de anemia.
Pedro Manonelles apuntó otro factor que, junto al descenso en la actividad física, puede alterar en estas jornadas de confinamiento el ciclo menstrual de las deportistas: el estrés.
Con información de El Español, El Correo y Mujer México
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