Hacer ejercicio es bueno para el cuerpo y el corazón, pero realizarlo en exceso no solo provoca fatiga corporal, sino también mental; esto, según un nuevo estudio publicado en la revista Current Biology.
La investigación dio a conocer que el exceso de ejercicio afecta a una zona del cerebro llamada corteza prefrontal, la cual es importante para la función humana de toma de decisiones, haciendo a quienes la padecen, personas más impulsivas.
Los investigadores encargados del estudio analizaron el rendimiento de 37 atletas, a quienes les pidieron que continuaran con su entrenamiento normal por tres semanas, mientras que a otros se les solicitó que aumentaran su actividad en un 40 por ciento.
Después del entrenamiento, hacían tareas variadas como memorizar un número de teléfono o realizar múltiples actividades sin poder cometer errores: contestar una llamada, manejar el correo electrónico y escribir en un documento Word.
Los expertos concluyeron que más allá de la fatiga física que experimentaron los atletas que realizaron casi el doble de ejercicio, también sufrieron una fatiga mental parecida a la que se tiene después de un gran esfuerzo intelectual.
Por lo tanto, determinaron que el exceso de actividad física influye en la toma de decisiones, provocando que los atletas fueran más impulsivos, prefiriendo beneficios inmediatas sobre recompensas mayores, pero que tomaban más tiempo para conseguirse.
A diferencia de lo que se piensa, un atleta no solo tiene que cuidar de su cuerpo, estirarlo, beber agua, comer proteína y dormir bien, sino que su cerebro toma parte importante ya que puede alterar su comportamiento.
Los resultados demuestran que el grupo que superó el esfuerzo aconsejado tenía un comportamiento más impulsivo en comparación con los otros. Además, la memoria se veía más afectada y había perdido cierta eficiencia. Aunque no se pierden neuronas, es probable que en circunstancias extremas de fatiga nazcan menos.
Es importante recordar que el ejercicio moderado trae diversos beneficios para el cuerpo: te vuelves más optimista, con una energía nueva y tu estrés se disipa. La actividad física es un antidepresivo, activa la fabricación de neuronas y el procesamiento de la información se acelera.
Todo con moderación y nada en exceso.
Con información de Vix, El País y El Tiempo
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