Si pensabas que tu agotamiento es derivado del estrés diario o las largas jornadas de trabajo, déjanos decirte que las mujeres que viven con su pareja se cansan más que las que no lo hacen, esto de acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Michigan.
Según los expertos, vivir con un hombre equivale a siete horas de trabajo extra. Esto es debido a que las mujeres casadas realizan tareas domésticas.
Tener pareja crea siete horas adicionales de trabajo doméstico por semana para las mujeres, pero una esposa salva a su esposo de una hora de tareas del hogar cada semana.
El encargado del estudio, Frank Stafford, del Instituto de Investigación Social (ISR) de Michigan, reveló que los hombres dedican horas de trabajo fuera del hogar y las mujeres realizan labores dentro y fuera de casa; además, la situación empeora para ellas cuando tienen hijos.
Los investigadores realizaron encuestas en las que les preguntaban tanto a hombres como a mujeres, sobre sus actividades diarias, y esto abordaba las actividades domésticas en el hogar como limpiar y cocinar.
En el estudio descubrieron que las jóvenes solteras realizaban la menor cantidad de tareas domésticas, aproximadamente doce horas a la semana. Las casadas en sus 60 y 70 años hicieron casi el doble de esa cantidad, mientras que las mujeres con más de tres hijos pasaron 28 horas a la semana limpiando, cocinando y lavando.
Por fortuna los tiempos han cambiado, ahora, tanto las mujeres como los hombres se reparten las labores del hogar, mismas que implican lavar la ropa, los trastes y cuidar a los hijos.
Otro estudio, atribuye que las mujeres se cansan más debido a la biología y la psicología femenina, es por ello, que las féminas necesitan dormir más que los caballeros.
Las mujeres sufren un 50 por ciento más de fatiga que los hombres, además, son más propensas a padecer insomnio y síndrome de fatiga crónica. Por si esto fuera poco, también se ha demostrado que cuando una mujer y un hombre duermen juntos, ella no podrá dormir tan placenteramente por un desequilibrio en los ritmos circadianos de los dos, y como resultado, las fases de sueño son diferentes.
Con información de Emisoras Unidas, Mejor con Salud y Soy Carmín
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