El cambio climático es uno de los temas más debatidos entre la población, pero no es algo que haya comenzado hace pocos años.
Recientemente tuve la oportunidad de leer una investigación hecha por The New York Times, la cual hablaba de que, desde los años 60, los científicos estadounidenses advirtieron a los mandatarios sobre los riesgos de los plásticos de un solo uso, el consumo de productos cárnicos y otros deshechos; sin embargo, la expansión del capitalismo y la producción en masa ya se habían convertido en la base de la economía global.
En ese entonces, los presidentes e inversionistas decidieron callar a los investigadores, lo que provocó que muchos abandonaran sus proyectos, convirtiéndose en testigos de un mundo en decadencia.
Cuándo Al Gore se postuló como candidato a la Presidencia de Estados Unidos, los científicos creyeron haber encontrado una oportunidad, pues siempre mostró un gran interés en los temas ambientales; sin embargo, al darse cuenta de que las medidas para detener la crisis mundial le pondrían un freno significativo a la economía, el hombre evitó hablar sobre los efectos del plástico y de la industria cárnica.
La industria cárnica🐄 🐔 🐣debe adaptarse rápidamente al #CambioClimático y a la creciente demanda de alternativas vegetales si no quiere ir a la ruina, según @FAIRRinitiative, un grupo de inversores que gestiona 20 billones de dólares en activos.
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— ONU Cambio Climático (@CMNUCC) March 18, 2020
Decisiones como las anteriores han provocado mucha frustración entre la comunidad interesada en la ecología, los recursos y el agua, pues si bien la problemática fue planteada desde los años 60, en pleno 2020 enfrentamos un problema gigante que no ha sido atendido.
Si bien hemos tenido algunos avances como el hecho de que las empresas dejen de manejar bolsas plásticas y encontramos en los supermercados más opciones de alimentos libres de carne, la desinformación sobre el tema también ha representado un problema entre la población, pues muchas veces no entiende por qué debemos optar por una vida ‘más verde’, dijeran los hippies.
Objetivamente es extremadamente complicado pensar que todo mundo se haría vegano de un día a otro, dejaría los plásticos de un solo uso u optaría por caminar a todos lados, pero estas medidas son apenas unas cuantas de las que podemos tomar para detener el cambio climático.
La solución no está en bañarnos en cinco minutos o apagar los focos de nuestros cuartos por un día, sino en ser más conscientes en la vida cotidiana, apoyar el consumo local y cuidar a la comunidad.
El #CambioClimático no respeta ningún límite geográfico.🤚
La #AcciónClimática necesita el mismo compromiso que el #Coronavirus.🙌#DiaMundialdelaMeteorología#CadaGotaCuenta 💧
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— ONU Cambio Climático (@CMNUCC) March 23, 2020
Este tema me hace pensar mucho en una clase que tuve durante mis años en la universidad, en la que hablamos sobre cómo la humanidad necesitaría un ‘enemigo en común’ para unirse y cambiar el destino del mundo. En ese tiempo descubrí que el cambio climático lo es.
Es un mal que dañará a todas las personas, sin importar su clase social, país de origen o profesión, por lo que es de suma importancia que cada quien tome acciones contundentes para detener (o por lo menos desacelerar) los daños que se le están infligiendo a la Tierra.
¡Feliz #DíaInternacionaldelosBosques!🌴 🌳 🌲
El #CambioClimático y los bosques están íntimamente ligados, ya que atrapan un billón de toneladas de carbono de la atmósfera y contribuyen a su mitigación.
Los bosques y la diversidad: ¡demasiado preciosos para perderlos!💚 pic.twitter.com/ne9lEk0spD
— ONU Cambio Climático (@CMNUCC) March 21, 2020
Con información de The New York Times
Interiores: Twitter @CMNUCC
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