Si eres mamá y no te da tiempo de nada, ¡no estás sola! Pero, más importante: no pasa nada si un día la casa está toda regada.
Diciembre está por llegar y estaremos despidiendo un año lleno de muchos contrastes y cambios para todo mundo.
Hace unos días tuve unos días terribles. Para variar, lo de cada mes, jaja… y se me hizo fácil no lavar por una semana.
Quizá sea algo poco importante para muchos pero para mí es un paso adelante de mi día a día. Por esa pequeña gran decisión, tenía un MUNDO de ropa que necesitaba ser lavada, doblada y acomodada. Seguía saliendo y saliendo… en fin.
Reflexioné y resultó en lo siguiente:
Últimamente los días avanzan lentamente y al final de cada jornada pareciera que no avanzaste en NADA. Pendientes y cosas que debes hacer no están resueltas y te vas a cama planeando y planeando y al día siguiente salen más cosas y así se vuelve una bolita de nieve que crece sin parar.
Algunas mamás trabajan desde casa y además tiene que estar presentes en cada clase en línea de los hijos; estar listas para platicar con la pareja, además de atender al recién nacido y jodidamente parece que al llegar la noche no hiciste NADA.
Quizá eres mamá que debe salir a trabajar y estas preocupada porque no sabes si el niño comió o desayunó, tiene sueño, frío y además no puedes llevarlo a la guardería con la misma confianza de antes por el tema COVID-19.
Quizá lo encargaste con los abuelos y no sabes si se pudieron conectar, o si le saben mover a la compu. Entonces te vas con el pendiente de saber si entró o no a clase; te sientes distraída en el trabajo y al final del día pareciera que no hiciste NADA.
Quizá estás en casa y cocinas, lavas, arreglas la casa atiendes a todos; tus hijos están dormidos a horas exactas y aun así llega la noche y parece que no hiciste NADA.
Hay días en los que por más que te esfuerces de verdad parece que no haces NADA pero definitivamente es peor cuando escuchas… ¿Qué hiciste en todo el día?
¡Qué furia!
Algunos dicen que es cuestión de organización, otros dicen que es sólo huevonería. La realidad la sabe cada uno, pero de algo estoy bien segura; algunas veces es bien bonito escucharlo y no solo el Día de las Madres: ¡lo estás haciendo bien!
No hay madre perfecta, y sé que seguramente das tu mejor esfuerzo. Tal vez mañana aún no sea reconocido por tus hijos, la familia o alguien más, pero lo que más importa al final del día es que los niños estén bien y felices.
Muchos dirán que no haces nada y te lo señalarán todo el tiempo pero ¡estamos siendo madres y eso ya es suficiente!
Confieso que llevo muchas semanas sin maquillarme, ni hacerme manicure o pedicure. A veces bañarse es un triunfo. Pero si mamá está bien, ellos lo están y por eso esto no es queja sino desahogo, pues llegará el momento para esos pequeños grandes placeres.
Si no eres mamá o tus hijos ya están grandes, ofrece ayuda a las amigas que sí los tienen. A algunas les da pena pedir apoyo, pero siempre va a ser bienvenido. Recuerdo un capítulo de Sex And The City donde Samantha tiene un pequeño gesto de piedad con Miranda, cuando está llena de pendientes y un bebé llorón que no la deja dormir. Una simple invitación a la peluquería le da un respiro a Miranda: regalemos experiencias, no cosas, y siempre nos recordarán.
Hace unos días me enteré de que existe una iniciativa que ya aceptaron los diputados, para que se consideren derechos humanos universales el autocuidado y el tiempo propio:
Cuidado digno y tiempo propio como derechos humanos avanzan en Congreso
¡Esto es fundamental para las mujeres! Es increíble que en pleno siglo XXI apenas estemos hablando del tema. Pero gracias a las feministas por impulsarlo por las que no podemos hacerlo, no por no querer, sino por carecer del tiempo a veces hasta para comer.
Por todo lo anterior, ¡ahora te entiendo, ma!
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