El hecho de que una mujer aumente su peso, en muchas ocasiones no se relaciona con sus malos hábitos alimenticios y la falta de ejercicio, pues, además de llevar una dieta equilibrada y realizar deporte; no obstante, hay casos en los que las razones son más complejas.
Lo más importante es acudir con un especialista para que detecte cuál es el problema original de tu aumento de peso, ya que las siguientes hormonas son las que relacionan con este padecimiento.
- Tiroideas
- Insulina
- Cortisol
- Leptina
- Grelina
Para controlar las hormonas, la nutricionista Amil López Viéitez, en su último libro titulado Tu última dieta, explica cómo gestionar el sistema para perder peso.
Lo único que tienes que hacer es poner en práctica una serie de pautas a la hora de comer, no solo para adelgazar, sino para prevenir muchas patologías, como la diabetes, la ansiedad o el estrés.
Adapta tus hábitos
Se trata de conocer qué tipo de nutrientes y cuándo hay que ingerirlos para que el metabolismo juegue a favor, es decir, consumir alimentos más calóricos a ciertas horas para favorecer que el organismo los utilice de combustible y nos los almacene en forma de grasa.
Come a tus horas y 5-6 veces al día
Esa regla es la clave para no subir de peso. Está comprobado que pequeñas variaciones en el horario de nuestras comidas pueden afectar al control del peso, la composición corporal y la evolución de muchas patologías. Se trata de armonizar la actividad hormonal con los horarios de las comidas de tal modo que el organismo funcione con precisión.
Vigila ‘el horario de trabajo’ de la insulina
Esta hormona trabaja con más brío desde que nos levantamos hasta el mediodía. Sin embargo, a eso de las 19-20 horas solo presta ‘servicios mínimos’. Por la mañana come alimentos fuertes y por la noche lo más ligero posible.
Invita siempre a una proteína a tu mesa
Desayuno, media mañana, almuerzo, merienda, cena, en todas tus comidas incluye algún tipo de proteína, animal o vegetal. De esta forma activarás la síntesis de glucagón, hormona de efectos contrarios a la insulina y así regular el índice de glucemia, el apetito y el almacenamiento de grasa.
Come como relojito
Esto significa que debes tener un horario para tus comidas y lo ideal es que no pases más de tres horas sin alimento. Por ejemplo, si te levantas a las 8 debes desayunar lo más pronto posible (8:30), a las 12 un pequeño refrigerio, a las 3 la hora de la comida, a las 6 otro refrigerio y a las 9 una cena ligera.
El estrés y la falta de sueño engordan
Las hormonas del estrés, adrenalina, cortisol y glucagón, favorecen la degradación del glucógeno a glucosa (azucares) para disponer de más energía. La calidad del sueño también influye en nuestro metabolismo. Además las personas que se acuestan más tarde y duermen menos horas tienen menor amplitud del ritmo circadiano y, por tanto, son menos eficientes metabólicamente hablando.
Con información de Vogue.es, Informador y ¡Hola!
Portada e Interiores: Freepik.es